La mayoría de los usuarios no se preocupa de verificar periódicamente el estado del sistema de escape de sus vehículos. Este importante componente, suele permanecer en un segundo plano en las habituales operaciones de mantenimiento. Sin embargo, el papel que juega en el proceso de expulsión de los gases resultantes de la combustión es fundamental para el buen funcionamiento del motor y la marcha normal del vehículo.
Tan sólo cuando se rompe, por exceso de ruido o por la pérdida de alguna parte del mismo, es cuando se toman cartas en el asunto. En muchas ocasiones, la única solución viable es la sustitución del sistema por completo.
A grandes rasgos, la función del sistema de escape es la de expulsar al exterior la mayor cantidad de gases con el menor impacto acústico y ambiental. Un sistema de escape está compuesto por diferentes partes integradas que son complementarias entre sí, resalta sobre todo, la presencia de múltiples silenciadores. Todos ellos están interconectados mediante tuberías especialmente diseñadas para soportar altas temperaturas y la agresión de los agentes medioambientales (salpicaduras de agua, barro, polvo, alquitrán, etc..
Uno de los aspectos más importantes que deben ser tenidos en cuenta a la hora de verificar un sistema de escape, es comprobar que los silenciadores que lo componen cumplan con las homologaciones legales establecidas para su control, garantía de calidad y fiabilidad.
Los productos UMO son fabricados según las especificaciones de las Ensambladoras y homologados en la casa matriz de cada una de ellas.
1. Verificar el aspecto externo de los silenciadores (carcasa):
Si está agujereado, debido a la corrosión, se pueden producir fugas que afectarán la correcta evacuación de los gases e incrementarán considerablemente el nivel de ruido del sistema de escape.
2. Verificar el estado interno de los silenciadores
Comprobar el estado de los tubos y los separadores interiores del silenciador. Si al agitar el conjunto con ambas manos, detectamos ruidos de partículas metálicas sueltas en el interior, será un indicativo de que los componentes internos se han deteriorado por la corrosión.
3. Revisar el estado de los tubos de entrada y salida:
Visualmente, comprobar el estado de estos conductos. Ninguno de ellos debe presentar indicios de corrosión avanzada, ni fisuras, grietas u orificios. Los soportes metálicos o anclajes que unen el escape con el vehículo son importantes. Estos no deben estar rotos ni debilitados por excesiva corrosión, ya que resultan imprescindibles para la sujeción entre el sistema de escape y el vehículo.
3. Revisar el estado de los tubos de entrada y salida:
Visualmente, comprobar el estado de estos conductos. Ninguno de ellos debe presentar indicios de corrosión avanzada, ni fisuras, grietas u orificios. Los soportes metálicos o anclajes que unen el escape con el vehículo son importantes. Estos no deben estar rotos ni debilitados por excesiva corrosión, ya que resultan imprescindibles para la sujeción entre el sistema de escape y el vehículo.
4. Comprobar el estado de los soportes de caucho:
En cuanto a endurecimiento, agrietamiento u otros daños, como excesiva deformación. La finalidad de éstos es evitar holguras y asegurar el perfecto ajuste de las partes metálicas, convirtiéndose en un perfecto amortiguador de las vibraciones y los ruidos
5. Comprobar el estado de las uniones de forma detenida:
Estos puntos no deben presentar indicios de fugas de gases, ni estados avanzados de corrosión. Es necesario comprobar el estado de las abrazaderas, ya que se trata de elementos que se deterioran rápidamente por efecto de la corrosión y se hace necesaria su sustitución al instalar un nuevo silenciador al vehículo.
6. Comprobar que el sistema ha sido montado correctamente:
Para ello, hay que oscilar manualmente el escape montado en el vehículo. Mientras lo hacemos, revisar que ningún componente del mismo golpee contra la carrocería. Comprobar que los cauchos de sujeción estén trabajando bajo una tensión uniforme, para favorecer la aparición de grietas, especialmente en tubos de entrada y salida de los cuerpos.
7. Comprobar el estado del convertidor catalítico:
Comprobar que el convertidor catalítico esté exento de abolladuras, grietas y soldaduras en mal estado y la correcta sujeción de la cerámica en el interior de la carcasa del convertidor catalítico. Para ello debemos golpear la carcasa con la ayuda de un martillo de goma y comprobar que no hay ningún fragmento de cerámica suelto en su interior. Si al golpear se percibe un sonido hueco, será indicativo de que el convertidor catalítico examinado, ha expulsado la cerámica de forma progresiva por el sistema de escape, con lo que su función queda absolutamente anulada y se debe proceder a su sustitución

CONTROL DE GASES

El convertidor Catalítico es una pieza de ingeniería extremadamente sofisticada, su diseño se basa en los conceptos básicos de la física – química, compuesto de metales preciosos como el Rodio, Platino y Paladio.
Este está compuesto por uno o más paneles de cerámica, recubiertos con una película microscópica de metales preciosos. Estos paneles de cerámica están localizados en un contenedor sellado y aislado. Esta película captura los gases calientes del escape y los reduce en una reacción química a alta temperatura. Como resultado, las partículas que salen del tubo de escape son mucho menos dañinas para el medio ambiente.
CAUSAS DE FALLAS
Motor mal ajustado
Un alto porcentaje de convertidores catalíticos presenta fallas por la falta de ajuste del motor. Otros problemas comunes son la mezcla incorrecta de combustible y aire, bujías sucias, cables desgastados o un sistema de válvulas mal sincronizado. Todo esto puede impedir que el combustible se queme totalmente en el (los) cilindro(s); en tal caso, el combustible no utilizado puede filtrarse en el sistema de escape y quemarse al contacto con el convertidor catalítico. Como resultado la pieza se puede recalentar, haciendo fundir la cerámica.
Combustible en el sistema de escape
Otros problemas pueden surgir debido a la presencia de gasolina en la línea de escape, causada por inyectores de combustible defectuoso o debido a una válvula de control que no funciona correctamente.
Una falla en el sensor de oxígeno puede afectar también la mezcla de aire-combustible, que puede ser muy rica o muy pobre. Si es muy rica el convertidor catalítico puede fundirse. Sin embargo si la mezcla es muy pobre, el convertidor catalítico no podrá convertir los hidrocarburos en compuestos inofensivos.
Aceite o anticongelante en el sistema de escape
La presencia de aceite o anticongelante en el sistema de escape es también muy dañina para el convertidor catalítico. Cuando estos productos se queman, crean un hollín pesado que cubre la cerámica del convertidor catalítico y bloquea el paso del aire. Esto no permite que el convertidor Catalítico funcione normalmente, corta el flujo de escape e incrementa la presión.
De esta manera el calor de los gases de escape pueden permanecer en el motor, irrumpiendo la eficiencia de los próximos ciclos de combustión. El resultado es pérdida de potencia y sobrecalentamiento de los componentes del motor.
Las posibles causas de esta clase de problemas incluyen los anillos de pistón gastados y los asientos de válvulas quebrados, así como averías en algún componente del motor.
Impactos en la carretera o montaje indebido
El interior del convertidor catalítico esta hecho de material liviano, delgado y frágil. Una capa de aislamiento provee una protección moderada contra daños. Sin embargo, el impacto de piedras o escombros contra el convertidor, o el golpe debido a hoyos (baches) en la carretera, o una mala instalación pueden causar un daño irreparable del convertidor Catalítico. Una vez que la cerámica del convertidor catalítico sufre algún daño, las piezas averiadas se frotan unas contra otras y se rompen. El flujo de escape es interrumpido, y esto causa un incremento de la presión, haciendo perder potencia y recalentando el motor del vehículo.